El gran dilema de Danilo Medina

     SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La persistencia y la paciencia han dado frutos abundantes a Danilo Medina, quien marcha ya sin obstáculos hacia la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tras la declinación de la actitud de “neutralidad” en que se habían declarado los principales seguidores del presidente Leonel Fernández.
Ahora el gran dilema del ingeniero químico y economista sanjuanero consiste en afianzar la unidad partidaria pero sin dejarse arropar de los funcionarios más cuestionados y mantener un apreciable margen de diferenciación de la actual gestión gubernamental como forma de reciclaje político.
Oposición desinflada
Aún cuando varios de los precandidatos presidenciales peledeístas tienen méritos para optar por la candidatura presidencial de su partido, lo que está ocurriendo es una avalancha de respaldo a Danilo Medina, precipitada por los resultados de las dos encuestas de más credibilidad en el país, publicados en las dos semanas precedentes.
Con la declinatoria del vicepresidente Rafael Alburquerque a su precandidatura y el abandono de la posición de “neutralidad” en que se habían declarado los frustrados promotores de la reelección presidencial, terminaron por disiparse las turbulencias que por momentos sacudían la estabilidad del proyecto presidencial de Danilo Medina, quien marcha ahora sin obstáculo hacia la meta del 26 de junio.
Tal como algunos habían advertido, los seguidores del presidente Fernández han quedado sin más recurso que alinearse en torno a Medina, después de haber consumido casi un año acariciando un sueño continuista imposible por el valladar constitucional.
También perdieron el tiempo aspirantes como José Tomás Pérez, Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda y Radhamés Segura, cuando condicionaban sus precandidaturas a la decisión del líder del PLD, mientras Danilo corría solitario y firme, con la ventaja adicional de haber sido el segundo hombre del PLD y de sus dos primeros períodos gubernamentales, cuando fue una especie de primer ministro o “armador del juego” de Fernández, posición que aprovechó para sembrar.
La oposición a las aspiraciones de Medina comenzó a desinflarse con la declinatoria del mandatario a ser candidato presidencial anunciada el 8 de abril. Le siguió la de la primera dama el 25 del mismo mes. Margarita Cedeño fue la mayor oposición que tuvo Medina, habiéndolo superado en preferencias en algunas encuestas. Tuvo la promoción de “los hombres del presidente”, que por momentos jugaron la carta del vicepresidente Alburquerque quien habría de declinar el 20 de mayo en curso.
Se acabó la neutralidad
Tres días después que el vicepresidente abandonara la carrera, el lunes 23, se formalizó la declinatoria de los neutrales, cuando 14 senadores y 41 diputados se declararon formalmente como la “Fuerza Leonelista con Danilo”, con tanto entusiasmo que algunos voceros coincidieron con Alburquerque en pedir a los demás aspirantes que sigan la cadena de declinatorias para hacer innecesaria la votación del 26 de junio y proclamar desde ya a Medina como candidato presidencial del PLD.
La avalancha comenzó en realidad el 11 de mayo cuando DaniloMedina presidió un acto en el que muchos de los más notables dirigentes del Comité Político y el Comité Central del partido morado le ofrecieron su apoyo.
Todo parece haberse precipitado tras una reunión de dos horas de Medina con el presidente Fernández, en la que se habría producido un entendimiento entre ambos, lo que permitió al primero declarar que no tiene dudas que ganará la candidatura y de que contará con el respaldo del líder peledeísta.
Fue importante también un encuentro de Medina con Félix Bautista, el “ingeniero constitucionalista”, senador por San Juan y brazo político del mandatario, quien de inmediato movilizó a los legisladores y funcionarios que lo acompañaron en la promoción de la continuidad de Fernández y en la oposición a Danilo.
El alcalde capitalino Roberto Salcedo primero, y el jueves 73 de los 77 alcaldes peledeístas, 27 directores municipales y 94 regidores se arrimaron también al carro triunfal de Medina.
El abandono de la neutralidad fue con tanto entusiasmo que los “leonelistas con Danilo” se sumaron a la petición del vicepresidente Alburquerque de que renuncien todos los aspirantes para proclamar de inmediato a Medina como candidato. En un comunicado adujeron que “la inteligencia política aconseja una proclamación plebiscitaria por anticipado que cree una dinámica interna que motorice todas las acciones a favor de su candidatura presidencial”.
La euforia de los leonelistas provocó el enojo del precandidato Franklin Almeyda quien reaccionó acusando a Bautista de faltar a la ética política al convertirse en activista de Medina siendo miembro de la comisión organizadora de la convención.
Las dos encuestas
Lo que disparó la alarma entre los leonelistas fueron los resultados de la encuesta Gallup-HOY publicados en la segunda semana de mayo, ratificados y ampliados por los de la Penn, Schoen y Berland, dados a conocer en la semana siguiente. En los primeros el Partido Revolucionario Dominicano recuperó la primacía en las preferencias electorales que había perdido a manos del PLD en el 2002. Y su candidato presidencial Hipólito Mejía apareció con el 48.7 por ciento de las preferencias frente al 40.4 por ciento de Medina.
La encuesta de Penn, auspiciada por los servicios informativos del Canal 7, resultó más preocupantes para los peledeístas, pues reveló que de ser ahora los comicios Mejía ganaría en primera vuelta con 51 por ciento frente a 39 por ciento de Medina. Peor cuando se preguntó quién considera que ganará las próximas elecciones, pues ahí el resultado fue 58 a 32 por ciento a favor del perredeísta.
Ambas encuestas parecen haber roto la creencia de que Mejía era un candidato fácilmente vulnerable y los peledeístas empezaron a reaccionar, con el sentimiento de cuerpo que tienen. Tanto el discurso declinatorio de Alburquerque como los pronunciamientos posteriores de apoyo a Medina han puesto énfasis en señalar el peligro de que el PRD vuelva al poder, porque a su juicio representaría el retroceso, el caos y la desestabilización económica.
No faltan quienes agregan como elemento detonante del abandono de la neutralidad de los leonelistas la declaración del candidato presidencial perredeísta en la última semana de abril proclamando su voluntad de perseguir la corrupción que se atribuye a las actuales autoridades, llegando a identificar al ingeniero Bautista.

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